ni el color de tus ojos es el mismo.
Como si los años nos hubiesen pasado por encima.
Casi no podía reconocer tu rostro...
Aquellas arrugas lo cubrían de una forma
a veces irritante y otras veces hermosa.
Pero aunque no teníamos ya nada
que se asemejara a aquel bello rostro
jovial, alegre y vivaz...
En el momento que detuve mis ojos en los tuyos
y tu mirada se clavo en ellos punzante
sentí ganas de llorar...
Era la misma voracidad y la misma pasión
con la que nos mirábamos y nos desvestíamos hace tiempo atrás.
Nunca pensé que volvería a encontrarte
Nunca creí volver a sentirme tan viva
Nunca creí que a través de los años
el amor que sentía por vos se iba a mantener así de intacto,
sin ninguna rayadura, sin ningún reclamos,
puro...
así de puro como fue en aquel momento
cuando eramos dos pequeños niños inocentes
que parecían no saber nada del amor...
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