Y luego pasas a ser mi todo, mi mundo.
Y es ahí que no comprendo esta pasión, esta locura que me desata.
Esta inevitable fascinación delirante por tus ojos, por tu boca, por tu cuerpo desnudo.
No encuentro nada mas mágico que adivinar cual es el verdadero color de tu mirada.
Se mezclan con los colores de tu ser, y con los del amor que te tengo,
y la habitación de golpe es un lugar lleno de colores y lucecitas brillantes,
y todo se vuelve confuso y nada se distingue.
De allí en adelante puede suceder cualquier cosa.
Dios, si tuviera fé te preguntaría como puedo yo una simple mortal sentir tanta pasión,
tanto amor por un hombre tan simple y sencillo como es él. Y eso es lo que me enamora.
Su simpleza, su despreocupación, su paciencia y su alegría. Aunq desearía también,
formar parte de sus angustias, sus miedos y sus desconsuelos.
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