Nada es lo que parece
Hasta que se demuestra lo contrario
Una sabia amiga me dijo una vez
Que en la vida no se puede confiar
Ni en nuestra propia sombra
Siempre se lo discutí
Creyendo que de tan desconfiada
Y de tanta paranoica
Había perdido la esperanza
Y sentía tristeza por aquel
Extraño ser tan fuerte y tan débil a la vez
Hoy le das, sin queres, la razón
Y al final esa pequeña, pero grande, personita
Solo corría por el mundo
Gritando esta triste verdad
Y ya parece que no quedan sueños
Ni esperanzas para nosotros
Los ingenuos soñadores
Para nosotros los ilusos fabuladores
Y será hora de empezar a caminar
Pensando que nadie nunca mas
Te va a decir una simple y fácil verdad
Como es no querer o no saber amar…
MaR
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